sábado, 8 de agosto de 2015

El patrimonio monumental de Constantina a través de la historiografía artística: aproximación bibliográfica

 "El patrimonio monumental de Constantina 
a través de la historiografía artística: 
aproximación bibliográfica"

por 
Salvador Hernández González, 

en  
Constantina. Verano 2003, s.p.

(c) Fotografías: Francisco Javier Gutiérrez Núñez





1.      Visiones globales del patrimonio artístico de Constantina: de los diccionarios geográficos a los catálogos monumentales y guías artísticas.





Como testimonio de su pasado, Constantina conserva un interesante patrimonio monumental integrado como es sabido por una serie de construcciones tanto religiosas como civiles que guardan en su interior piezas artísticas de diferente valor, pero que son elocuente muestra de la religiosidad popular y formas de vida de otras épocas. En torno a las fundaciones eclesiásticas y piadosas establecidas en la localidad, como la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, el Hospital de San Juan de Dios, los desaparecidos conventos de San Francisco y Santa Clara, las ermitas y cofradías, etc. se desenvolvió la actividad de artistas (arquitectos, escultores, pintores, orfebres, etc.) que se dieron cita para el ornato de estos recintos sagrados.



Este patrimonio monumental ha recibido cierto número de estudios por parte de la historiografía artística, producción bibliográfica que queremos reseñar al objeto de obtener una visión panorámica de lo que sabemos y conocemos sobre este legado de las Bellas Artes en la localidad. Es decir, trataremos de presentar un estado de la cuestión sobre la historia del arte en Constantina, que nos dé idea de los monumentos y obras objeto de estudio, fuentes utilizadas, metodología y aspectos analizados.



Si tenemos en cuenta que la Historia del Arte, como disciplina científica independiente de la literatura, la historia propiamente dicha y la arqueología, se consolida a lo largo de los siglos XIX y XX, nos encontramos con que las primeras semblanzas que conocemos sobre el patrimonio artístico de Constantina proceden – dejando aparte las fuentes propiamente archivísticas – de algunas producciones bibliográficas de dichas centurias, que sin ser obras específicamente dedicadas a las Bellas Artes, sí aportan referencias sobre nuestros monumentos, con valor puramente estadístico más que descriptivo. Este es el caso de algunos diccionarios geográficos y guías provinciales que, sin entrar en el análisis de los edificios y su contenido artístico, aportan al menos la nómina de los monumentos artísticos existentes en la localidad.



Ya a fines del siglo XVIII el interés despertado por la Ilustración en torno al estudio de la geografía, la historia y la arqueología había provocado algunos intentos de realización de diccionarios geográficos de España que diesen una visión panorámica de nuestros pueblos, abarcando aspectos tan variados como el medio físico, población, recursos económicos, urbanismo y edificios notables, como iglesias, conventos, ermitas, castillos o restos arqueológicos. En esta línea hay que recordar el proyecto emprendido por Tomás López, geógrafo real de Carlos III, quien envió una encuesta a los párrocos de los pueblos pidiendo datos para la redacción de su nunca publicado diccionario, del que sólo han visto la luz y en fechas recientes los textos correspondientes a unas pocas provincias, entre ellas la de Sevilla. 

En las respuestas enviadas por Don Antonio Nicolás de Ocaña en fecha incierta pero de fines del siglo XVIII [1] , se recoge una relación de los edificios religiosos entonces existentes, algunos de ellos ya desaparecidos o muy transformados:



“ Por la parte de Poniente tiene un fuerte castillo, fundado sobre un mediano monte en cuya falda estuvo antiguamente la población que hoy se ve en lo profundo del valle. Lo que se infiere de algunos vestigios, que aún permanecen hoy de las tres parroquias de Santa Constanza, San Jorge y Santiago colocadas en el mismo sitio, hoy reunidas todas al presente en la de Santa María de la Encarnación, que se halla muy bien servida en el medio de la vecindad habitada. Esta última es decente, tanto en su estructura como en su magnitud. Hoy es de admirar que habiéndose erigido con las limosnas del pueblo pudiese lograr un edificio tan famoso como el de su preciosa torre. Fundada sobre la puerta principal, hoy sostenida de sólo dos arcos, hacen frente a la capilla mayor, ella es peregrina. Hoy excita la admiración de los inteligentes, tanto por ser su materia una cantería solidísima, como por estar labrada con todo el primor del arte. Su campanario está adornado de muy finas campanas, y ascienden a él por un caracol formado de la dicha piedra con exquisita habilidad. La altura de ella será como de sesenta varas (...)



Es cabeza de vicaría, hallándose dentro de ella tres conventos. Uno de religiosos franciscanos de la Provincia de los Angeles, colocado fuera del pueblo (...). El segundo convento en medio de la población es de Religiosas Claras de la expresada orden y provincia, y el tercero que logra casi igual situación es de la religión hospitalaria de San Juan de Dios (...) Dentro de su término y a distancia de un cuarto de legua de la dicha aldea de Las Nava está el suntuoso monasterio de San Antonio del Valle, del Orden de San Basilio, Provincia del Tardón, cuyo hospicio enfermería se halla en el recinto de la villa para cuidar de la salud de los monjes enfermos. A la misma distancia de un cuarto de legua de Constantina se halla el precioso santuario de la Virgen Santísima Nuestra Señora venerada con la advocación del Robledo y a esta portentosa imagen acuden sus hijos con singular confianza en las necesidades de agua, para conseguirla. A muy poca distancia del dicho santuario están los grandes pozos de nieve, de cabida de cuarenta mil arrobas que dan surtido de esta especie a mucha parte de Andalucía y Extremadura, esto se halla a la parte Norte. A la del Sur, con menos distancia y entre las huertas que crían las legumbres, se halla otra ermita grande donde se venera una pequeñita imagen de la misma Señora con el título de la Yedra, a quien dirigen sus votos en tiempo de muchas lluvias para alcanzar serenidad “.





Ya a mediados del siglo XIX, nos encontramos con ese monumento bibliográfico de la historiografía española que es el Diccionario geográfico – histórico – estadístico de Pascual Madoz, obra modélica entre las de su género y que ciertamente debió aprovechar el material recogido por Tomás López. 

En su obra, Madoz atiende a aspectos tan variados como la situación de la localidad dentro del marco provincial, distancias a los centros administrativos de los que depende y localidades vecinas, situación del casco urbano, límites municipales, red hidrográfica y características del terreno, abordando además la cuantificación no sólo de la producción agropecuaria, industrial, comercial y de los efectivos poblacionales, sino también del personal eclesiástico y edificios religiosos, que inserta dentro del marco descriptivo del urbanismo local planteado en su obra. En el caso de Constantina, el autor cita de pasada la parroquia, el hospital de San Juan de Dios, los conventos de San Francisco y Santa Clara, y las ermitas de la Yedra y del Robledo [2].



La segunda mitad de la centuria, marcada ya por el signo de la historiografía romántica, conocerá la proliferación de diccionarios histórico – geográficos que no suelen prestar excesiva atención al patrimonio artístico (salvo en el caso de los grandes monumentos de las capitales de provincia, generalmente), sin que se aborde el análisis sistemático de los monumentos ubicados en los pueblos, situación de desinterés que afecta igualmente a la provincia de Sevilla, cuya escasez de estudios sobre el arte en sus diversas localidades contrasta con la abundante nómina de trabajos sobre la capital, entre los que ocupa lugar primordial la producción de José Gestoso y Pérez, auténtico punto de partida de la historiografía artística sevillana posterior.



Esta situación de inercia va a experimentar un profundo giro a comienzos del siglo XX. Los nuevos planteamientos historiográficos, de acuerdo con la ilusión de un resurgimiento cultural y científico que hiciese superar el trauma de la crisis de 1898, reclamaban la necesidad de catalogar nuestra riqueza artística, como instrumento básico e imprescindible para su estudio y difusión. De acuerdo con este sano criterio, un decreto de 1 de junio de 1900 ordenaba la formación de un Catálogo monumental de España, usando de criterios más científicos, rigurosos y precisos, tarea que se haría por provincias y sería publicada por el Estado [3]. Tan ambicioso proyecto nació marcado por la penuria tanto de medios como de personal cualificado para llevarlo a cabo, por lo que sólo aparecieron, muy irregularmente, los catálogos de unas pocas provincias. El de Sevilla, encomendado al parecer al arquitecto Adolfo Fernández Casanova, fue uno de los que quedaron sin publicar, estando depositado el manuscrito original en Madrid, concretamente en la Biblioteca del “ Instituto Diego Velázquez “, organismo especializado en la investigación de la Historia del Arte y dependiente del C.S.I.C.



Paralelamente, la labor documentalista emprendida desde las primeras décadas del siglo XX por los investigadores sevillanos en el Archivo de Protocolos de la capital hispalense aportaban diversas referencias relativas a Constantina. Iniciada esta labor de exhumación documental por el ya citado Gestoso y Pérez, su línea fue continuada por la labor personal de López Martínez y la de los investigadores agrupados en el entonces recién nacido Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla, con nombres tan señeros para la historiografía artística como Bago y Quintanilla, Hernández Díaz, Muro Orejón y Sancho Corbacho. 

En el caso de Constantina, las noticias aportadas se centran en los contratos de ejecución de diversas obras de arte para los templos de la localidad, que por desgracia no nos es dado contemplar a causa del aniquilamiento sufrido por su patrimonio artístico en los trágicos días de julio de 1936. Así, Celestino López Martínez recoge la escritura del 15 de abril de 1592 por la que el escultor Juan de Oviedo contrata la hechura del retablo mayor de la parroquia de la Encarnación, y los diferentes pagos recibidos por el artista y los pintores Francisco Cid y Antonio Pérez, que en fechas posteriores se ocupaban de la policromía de este lamentablemente destruido conjunto escultórico [4], en la que igualmente intervinieron otros importantes pintores de la época, como Vasco Pereira y Diego de Salcedo, de cuya participación también da cuenta Heliodoro Sancho Corbacho en los Documentos para la Historia del Arte en Andalucía [5].



El mismo López Martínez, aparte del feliz hallazgo del dato sobre la intervención de Hernán Ruiz en nuestra torre en 1567, ofrece referencias de otra escultura desaparecida, la de Señora Santa Ana que para la cofradía de la misma advocación encarga el 9 de marzo de 1602 Francisco Naranjo al escultor Miguel Adán y el pintor Diego de Salcedo [6]

Y por los mismos años, los citados Documentos publicados por el Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla recogen noticias de otras destinadas a los templos de Constantina, como el San Antonio de Padua encargado el 16 de julio de 1624 por el presbítero Antonio Bonilla al entallador Amaro Vázquez [7] y el retablo de San José, una de las piezas estrellas de la desaparecida retablística local, cuya ejecución se confió el 24 de marzo de 1638 al importante escultor Felipe de Ribas [8]. Más de medio siglo más tarde, y desde el punto de vista del estudio del patrimonio cofradiero, Francisco de Paula Cuéllar Contreras daba a conocer la noticia del encargo, con fecha de 13 de noviembre de 1653, de una custodia para la Hermandad Sacramental de Constantina al orfebre Adrián de Lopera [9].



Siguiendo esta línea de investigación archivística, los Documentos inéditos para la Historia del Arte en la provincia de Sevilla publicados en la pasada década de los noventa por Fernando de la Villa Nogales y Esteban Mira Caballos aportan alguna noticia documental sobre el patrimonio de nuestra localidad, como es la escritura notarial por la cual el arquitecto Melchor de la Vega se compromete, con fecha de 10 de abril de 1608, a la construcción de la iglesia del monasterio de la Concepción, más conocido bajo la advocación de Santa Clara [10] y derribado, según de todos es conocido, a raíz de la construcción del nuevo colegio de las Hermanas de la Doctrina Cristiana, emplazado como sabemos en el solar del antiguo convento de Clarisas. 

Paralelamente, en los mismos años la colección de Fuentes para la Historia del Arte andaluz, retomando la tradición documentalista del universitario Laboratorio de Arte, ahora convertido en departamento de la Facultad de Geografía e Historia, no dejaba de brindar referencias sobre intervenciones en el patrimonio monumental de Constantina, como las obras emprendidas en 1704 por José Tirado en la Parroquia, las acometidas en el mismo templo en 1731 y 1773 por los arquitectos diocesanos Diego Antonio Díaz y Pedro de Silva, respectivamente, y la ejecución de una reja en 1777 para el mismo lugar de culto por parte del maestro herrero Francisco Chico [11].



Volviendo a los años de comienzos del siglo XX, éstos contemplan un primer ensayo de guía artística provincial, por parte de Manuel Serrano Ortega, quien en su Guía de los monumentos históricos y artísticos de los pueblos de la provincia de Sevilla nos dejó una visión panorámica pero excesivamente superficial e incompleta de nuestros monumentos [12] :


“Posee un gran castillo de los primeros levantados en la Bética por el famoso Aníbal, reconstruido en las siguientes etapas históricas, siendo uno de los ejemplares de arquitectura militar más notable de la provincia, habiendo tenido lugar su reconquista en 1246 por Fernando el Santo. Su templo principal dedicado al Misterio de la Encarnación es de época remota, pero muy alterado por las restauraciones verificadas en los siglos XVII y XIX, poseyendo algunas esculturas de bastante interés artístico. Sus titulares son Santiago, San Jorge y Santa Constanza que tiene dedicado eremitorio muy hermoso, así como lo son los de la Virgen del Robledo, patrona de la villa, cuyo origen se remota al XV, a pesar de hallarse muy restaurada; ofreciendo también interés el de la Virgen de la Yedra, devoción muy extendida en esta provincia en los siglos pasados, contando a más en su recinto con tres monasterios y otros tantos hospitales con pingües fundaciones “.



Ya en la década de los treinta, las repercusiones que la tragedia de la Guerra Civil tuvo en el patrimonio artístico de Constantina fueron analizadas por Hernández Díaz y Sancho Corbacho, quienes al evaluar las pérdidas y daños de obras de arte sufridas por la parroquia y el convento de Santa Clara nos dejan en su texto la que podemos considerar como primera descripción científica de dichos edificios, donde se analiza su planta, alzados, soportes, cubiertas y elementos decorativos, al tiempo que se apunta su cronología y filiación estilística y se incluyen reproducciones fotográficas (procedentes del riquísimo fondo de la Fototeca del Laboratorio de Arte de la Universidad Hispalense, recientemente digitalizado para salvarlo de su segura pérdida) de algunas de las obras destruidas, como es el caso, en la iglesia de la Encarnación, del retablo mayor de Juan de Oviedo, la imagen de la Virgen del Rosario, obra del mismo artista, y el retablo de San José, obra como antes se señaló de Felipe de Ribas [13].



Ya en la postguerra y por parte de los mismos autores – junto con Francisco Collantes de Terán – se acomete un gran proyecto historiográfico sobre el patrimonio provincial, que por desgracia quedó inconcluso sin haber llegado siquiera a su mitad. Nos referimos al monumental Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de Sevilla, modélico por su aporte de obras, noticias documentales, juicios estilísticos y material gráfico. Al seguir una ordenación alfabética por localidades, el texto de Constantina no tardó demasiado en aparecer, concretamente en 1943, dejándonos en sus páginas, junto con una breve síntesis histórica de la localidad, el estudio de los edificios entonces en pie, algunos de ellos desaparecidos en nuestros días. 

Así, se reseñan la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación (de la que destacan el interés de su torre – fachada renacentista y las pocas piezas de orfebrería salvadas del saqueo del templo), iglesia del convento de Santa Clara, ermita de Nuestro Padre Jesús, iglesia de la Concepción, hospital de San Juan de Dios, ermitas de Nuestra Señora del Robledo y de la Yedra (de esta última destacan su excepcional interés arquitectónico por su cronología medieval, la rareza de su planta de dos naves unidas en forma de “ L “ y los restos de pinturas murales del presbiterio) y otros edificios religiosos antaño existentes, como el ex – hospital de Santa Constanza, el ex – colegio de los Jesuitas y los ex – conventos del Tardón y de San Francisco, junto con la descripción del castillo, los restos de la otra fortaleza situada en el Cerro del Almendro y algunas muestras de arquitectura civil, como diversas fachadas de viviendas particulares de interés y una muestra de edificación pública tan interesante como los pozos de la nieve, concluyendo el recorrido por la localidad con la reseña de diversas colecciones de objetos artísticos de propiedad privada [14].



Tan básica fue la aportación de este Catálogo que sus descripciones y análisis han sido recogidos y seguidos prácticamente al pie de la letra durante décadas, ante la falta de una obra que lo pusiese al día incorporando los avances de la investigación histórico – artística. En este sentido, en diversas publicaciones, como por ejemplo la Guía artística ilustrada de Sevilla y su provincia de Antonio Casado Sellas de 1950 o la obra de Jerónimo Pou Díaz, Sevilla a través de sus pueblos, publicada en 1971, se extracta lo dicho por Hernández Díaz, Sancho Corbacho y Collantes de Terán.



Habrá que esperar a comienzos de la década de los ochenta para que la Guía artística de Sevilla y su provincia auspiciada por la Diputación Provincial actualice y complete el inconcluso Catálogo arqueológico y artístico a la luz de las últimas aportaciones de la historiografía. Las descripciones de la Guía, algo más concisas que las de su antecesor, ganan en agilidad de lectura y en precisión a la hora de inventariar las piezas lo que pierden en aparato crítico de notas, mapas, planos y reproducciones fotográficas, que le daban al Catálogo un tono algo retórico y solemne muy en consonancia con los planteamientos de los historiadores de la postguerra. 

En el texto dedicado a Constantina, se aborda el estudio de la parroquia, la capilla de Jesús Nazareno y la ermita del Robledo, junto con la reseña, mucho más breve en esta ocasión, de la iglesia de la Concepción, portada del convento de Santa Clara, los restos de la ermita de la Yedra y algunas muestras de arquitectura civil [15]. El mismo texto de la Guía se reprodujo, con escasas variantes en el Inventario artístico de Sevilla y su provincia, publicado por el Ministerio de Cultura entre 1982 y 1985 y que gozó de mucha menor difusión que la obra de la Diputación Provincial [16].



Al igual que le ocurrió al Catálogo arqueológico y artístico, el texto de la Guía será ampliamente seguido por la amplia y variopinta gama de guías turísticas y de viajes nacidas al calor del turismo rural de las últimas décadas y de los fastos de la Expo 92, que al proponer al visitante recorridos por la provincia de Sevilla incluyen obviamente el de nuestra Sierra Norte, recomendándose, para el caso de Constantina, la visita al castillo, la parroquia y la ermita del Robledo [17]. En la misma línea de difusión y puesta en valor del patrimonio local se incluyen nuestros propios trabajos recogidos en esta misma publicación, en los que a la luz de la documentación de los archivos eclesiásticos sevillanos – Catedral y Arzobispado – trazamos una visión panorámica del devenir de algunos de los templos de Constantina desde sus orígenes hasta la actualidad [18].





2.      Estudios sobre urbanismo y arquitectura religiosa, militar y civil.





Ya con carácter más específico, la historiografía artística ha centrado su atención puntualmente en algunos monumentos de Constantina que, como el castillo o la parroquia de la Encarnación, cobran especial relevancia dentro del panorama de la arquitectura regional. Siendo imposibles de estudiar estos hitos monumentales sin inscribirlos en su contexto urbanístico, las corrientes historiográficas de las últimas décadas han hecho especial hincapié en el estudio del urbanismo, entendido como el análisis de la trama urbana y su evolución a lo largo de la historia. 



Esta nueva línea de estudio del casco urbano cuenta para el caso de nuestra localidad con importantes aportaciones, en las que se estudia el emplazamiento de la ciudad, su estructura y morfología, las tipologías de sus edificaciones y los edificios de interés cultural. Ya en 1984 el arquitecto Ramón Queiro Filgueira analiza en su tesis la evolución urbanística de buena parte de las localidades de la provincia de Sevilla, entre ellas la nuestra, señalando, a la luz de diversas noticias bibliográficas, el proceso de crecimiento de la ciudad desde el primitivo núcleo del cerro del Castillo, buscando el cauce del arroyo durante los siglos XVI y XVII, para concluir con la expansión de los siglos XIX y XX, proceso que viene marcado por una serie de hitos monumentales – iglesias, conventos y otros establecimientos religiosos – reseñados por el autor, datos todos que quedan convenientemente engarzados en las líneas maestras del devenir de la historia local [19]

Como excelente instrumento de trabajo para el estudio de esta faceta también contamos con el Informe diagnóstico del conjunto histórico de Constantina, publicado por la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, en el que bajo la dirección de la arquitecta Rufina Fernández Ruiz se define el contexto territorial y urbano, se analiza el conjunto histórico, el planeamiento urbanístico vigente y los problemas existentes, a los que en respuesta se señala la propuesta de una serie de intervenciones públicas tanto en inmuebles necesitados de rehabilitación como en espacios públicos [20].



Más recientemente contamos con otros interesantes trabajos sobre el urbanismo de Constantina. Los arquitectos Antonio Tejedor Cabrera y Mercedes Linares Gómez del Pulgar, en un artículo de esta misma revista analizan la evolución del urbanismo y del patrimonio histórico de la localidad durante lo siglos XIX y XX, que inscriben dentro de las noticias históricas de esas centurias, para acabar definiendo las líneas de crecimiento del casco urbano y señalando algunos de los proyectos más significativos, como el cementerio, el mercado de abastos y algunas intervenciones sobre la vías públicas, trabajo que, ampliado y completado con un corpus gráfico de planos y dibujos, vería de nuevo la luz en la prestigiosa publicación Laboratorio de Arte, de la Universidad hispalense [21]

Por otra parte, el historiador Antonio Serrano Vargas define, a la luz de nutridas referencias bibliográficas y documentales, la evolución histórica del núcleo urbano, desde sus orígenes en la Edad Antigua, pasando por las huellas de la etapa medieval en el barrio de la Morería, la expansión durante la Edad Moderna hacia el valle del río de la Villa y concluyendo con las transformaciones de los siglos XIX y XX, en los que se intensifica un desarrollo longitudinal de la localidad propio de los pueblos – camino [22]. Y un elemento tan popular y de tanto protagonismo visual en la imagen de la ciudad, como son las fuentes, es analizado por el antropólogo Pedro Cantero, dentro del estudio que realiza sobre la arquitectura del agua en nuestra provincia [23].



Pasando ya al análisis de las referencias bibliográficas específicas sobre el elenco monumental de Constantina, los trabajos se centran fundamentalmente en torno al castillo y el proceso constructivo de la parroquia de la Encarnación.



El estudio del castillo, planteado por los autores del Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de Sevilla ha sido continuado, desde el punto de vista arqueológico  por Collantes de Terán [24] y Serrano Díaz [25], quienes han conseguido afinar la cronología y definir la estructura de esta construcción militar, y desde el histórico por Nuria Casquete de Prado y Javier Martínez de Aguirre [26], habiendo sido además objeto de reseña en Jornadas de Patrimonio Histórico [27] y en  algunos artículos publicados en esta misma revista [28]  y en la prensa provincial [29]. Más recientemente, Basilio Pavón Maldonado, en su monumental estudio sobre las fortalezas hispano – musulmanas, cita los restos de nuestro castillo y los del ubicado en el cerro del Almendro, advirtiendo en este último características de filiación almohade [30].



En cuanto al proceso constructivo de la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, la categoría artística de su portada ha sido destacada por los expertos dentro del panorama de la arquitectura renacentista andaluza, al igual que la intervención del arquitecto Hernán Ruiz en la erección de los cuerpos superiores de la torre en 1567, siendo por ello reseñada esta torre – fachada en obras generales sobre la arquitectura renacentista española, historias del arte andaluz o monografías sobre el arquitecto Hernán Ruiz, muchas de ellas a cargo de historiadores tan prestigiosos como Camón Aznar, Chueca Goitia o Alfredo Morales [31]

La intervención en el propio templo en el siglo XVII por parte de José Tirado – que afectó especialmente a la sacristía en 1693 – es recogida por Fernando Cruz Isidoro en su tesis sobre la arquitectura sevillana del Seiscientos [32]. Otro arquitecto activo en la localidad fue Diego Antonio Díaz, quien en 1717 giraba visita de inspección a las iglesias de Santa Constanza y Santiago, a causa del estado de ruina en que se hallaban estas primitivas parroquias de Constantina, intervención que recoge María del Prado Lázaro Muñoz en su monografía sobre este arquitecto [33].



Mucho más escasas son las referencias sobre otros edificios religiosos de la localidad. Así, Sancho Corbacho destaca el carácter de transición entre el barroco y el neoclásico que muestran los elementos ornamentales del camarín de la ermita del Robledo [34], templo del que muy sucintamente se ocupan los autores de la Guía para visitar los Santuarios Marianos de Andalucía Occidental  [35]. De los desaparecidos oratorios de la localidad se ocupa Rosalía Vinuesa Herrera, estableciendo la tipología de estos recintos de culto privado y aportando referencias documentales de algunos de los que antaño existieron [36].



En cuanto a la arquitectura civil, la escasez de trabajos se acentúa, pudiendo señalar a este respecto el estudio de Antonio Avila sobre los pozos de la Nieve, el de Antonio Serrano en torno al desaparecido Cabildo, la descripción que hace Wifredo Rincón García del actual Ayuntamiento y la monografía de Alberto Bernabé Salgueiro sobre la arquitectura rural del término municipal [37].







3.      Estudios sobre otras manifestaciones artísticas: escultura, pintura y artes suntuarias.





Mucho más corto es este apartado, si tenemos en cuenta la prácticamente total destrucción del patrimonio artístico de los templos de la localidad en 1936, catástrofe que se ha intentado paliar con la adquisición de nuevas obras  – especialmente por parte de las cofradías – que si bien forman ya forman parte de la historia del arte del siglo XX, indudablemente no pueden compensarnos de las pérdidas sufridas.



Comenzando precisamente por las obras destruidas, la pieza estrella era sin duda alguna el retablo mayor de la parroquia de la Encarnación, magno conjunto ejecutado por el escultor Juan de Oviedo entre 1598 y 1609, policromado por los pintores Francisco Cid, Diego de Campos, Vasco de Pereira y Diego de Salcedo, en cuya estructura arquitectónica de tipo manierista se albergaban relieves representando escenas de la vida de la Virgen y esculturas de diferentes santos. 

Documentada su autoría como antes se dijo por Celestino López Martínez [38] , y descrito por Hernández Díaz y Sancho Corbacho (quienes publicaron valiosas fotografías del mismo), su pérdida es lamentada por los expertos en la historia de la escultura española, como José Camón Aznar y José María Azcárate [39] , habiendo sido más recientemente analizado por Pérez Escolano en su monografía sobre Juan de Oviedo [40] y por Palomero Páramo en su tesis doctoral sobre el retablo sevillano del Renacimiento, donde figura nuevamente reproducido y se recogen en la correspondiente ficha los datos de autoría, cronología y estructura arquitectónica, sin olvidar su programa iconográfico, gráficamente descrito a través de un clarificador dibujo de esta gran máquina retablística [41]. Desde las páginas de esta Revista de Constantina, este desaparecido retablo es evocado por José Antonio Pinedo Cabello [42] También obra de Oviedo era la Virgen del Rosario, que se veneraba en la parroquia, cuyos quilates artísticos han sido subrayados por Hernández Díaz [43].



Otra pieza clave del patrimonio local era igualmente en el mismo templo el retablo de San José, que como en su lugar se señaló fue encargado en 1638 al escultor Felipe de Ribas. Fue documentado y dado a conocer por Hernández Díaz poco antes de su destrucción [44], volviendo a ser estudiado medio siglo más tarde por María Teresa Dabrío en su monografía sobre dicho artista y en su tesis doctoral sobre el taller artístico de la familia Ribas, subrayando la autora el valor de la escultura del Santo Patriarca [45].



También dentro del terreno del estudio de la plástica barroca el desaparecido profesor Bernales Ballesteros cita algunas buenas muestras de imaginería, como el destruido San Diego de Alcalá que se veneró en la parroquia, catalogándolo como obra de fines del siglo XVII relacionada con la producción del escultor Francisco Antonio Gijón; y, milagrosamente salvado en medio de la tragedia de 1936, el Cristo de la Humildad y Paciencia, que sitúa en el entorno de Pedro Roldán y fecha entre 1709 y 1710 [46].



Sobre la imaginería y enseres de las cofradías de Constantina contamos con diversos trabajos, tanto los debidos a José Luis Ortiz Gómez [47] y Enrique Martín Avila [48] como los recogidos en obras colectivas dedicadas al estudio de la Semana Santa en Sevilla y su provincia, debidos a Francisco José Flores García [49]  y al autor de estas líneas [50]. En esta línea de difusión del patrimonio vinculado a la religiosidad popular, algunos enseres de la Virgen del Robledo – el Simpecado y los trajes de camarín de la Señora y el Niño – son reseñados en el catálogo de la exposición Vamos de romería, celebrada en Sevilla en diciembre de 2001 [51].



Por último, las piezas artísticas conservadas en el convento de las Jerónimas, en su mayor parte esculturas, pinturas y orfebrería de los siglos XVI al XVIII, procedentes del convento de San Román de Medinaceli de la misma orden y traídas a Constantina a raíz de la fundación de este establecimiento en 1951, han sido analizadas por María Concepción Hernández – Díaz Tapia en su estudio sobre los monasterios de jerónimas en Andalucía [52]. Y la profesora Cristina Esteras Martín, experta en el campo de la orfebrería, subraya el interés de la custodia, donada originalmente a las monjas de Medinaceli en 1600 por Fray Lorenzo de Figueroa, pieza que considera de procedencia siciliana, negando la atribución a talleres mexicanos [53].



 En definitiva, a través de estos trabajos nos encontramos con un punto de partida y apoyo para seguir profundizando en el conocimiento del patrimonio artístico y monumental de Constantina, que si bien nos ha llegado mermado a causa de los avatares históricos, es legado de nuestra historia que tenemos obligación no sólo de estudiar y apreciar, sino de entregar a las generaciones venideras, como señas de identidad de nuestro pueblo.







* Publicado en Constantina. Verano 2003, s.p.


[1] LOPEZ, Tomás: Diccionario geográfico de Andalucía: Sevilla. Editorial Don Quijote, Granada, 1989. Págs. 57 – 58; SEGURA GRAIÑO, Cristina - ROMERO, Juan Ramón: “ El  ` Diccionario Geográfico ´ de Tomás López: una fuente para el estudio de la espiritualidad popular. Santuarios y ermitas en las provincias de Córdoba, Huelva y Sevilla en el siglo XVIII “, en La religiosidad popular, vol. I. Fundación Machado - Editorial Antropos, Barcelona, 1989. Págs. 324 – 347.

[2] MADOZ, Pascual: Diccionario geográfico - estadístico - histórico de Andalucía: Sevilla. Reedición, Sevilla, 1986. (Edición facsímil de la de Madrid, 1845 – 1850). Pág. 68.

[3] GAYA NUÑO, Juan Antonio: Historia de la crítica de Arte en España. Madrid, 1975. Pág. 217.

[4] LOPEZ MARTINEZ, Celestino: Desde Jerónimo Hernández hasta Martínez Montañés. Sevilla, 1929. Págs. 71 – 73 y 189; Desde Martínez Montañés hasta Pedro Roldán. Sevilla, 1932. Págs. 114, 117 y 178.

[5] SANCHO CORBACHO, Heliodoro: “ Contribución documental al estudio del arte sevillano “, en Documentos para la Historia del Arte en Andalucía, vol. II. Sevilla, 1928. Págs. 238 – 239.

[6] LOPEZ MARTINEZ, Celestino: Desde Jerónimo Hernández ..., págs. 151 – 152, y Desde Martínez Montañés ..., pág. 15.

[7] SANCHO CORBACHO, Heliodoro: Op. cit., págs. 275 – 276.

[8] HERNANDEZ DIAZ, José: “ Materiales para la Historia del Arte Español “, en Documentos para la Historia del Arte en Andalucía, vol. II. Sevilla, 1928. Págs. 193 – 194.

[9] CUELLAR CONTRERAS, Francisco de Paula: “ Documentos varios de Hermandades en el siglo XVII (XIX) “, en Boletín de las Cofradías de Sevilla n º 273 (junio de 1982), pág. 8.

[10] VILLA NOGALES, Fernando de la – MIRA CABALLOS, Esteban: Documentos inéditos para la Historia del Arte en la provincia de Sevilla. Sevilla, 1994. Págs. 36 – 37.

[11] HERRERA GARCIA, Francisco Javier: Noticias de arquitectura (1700 – 1720), vol. II de “ Fuentes para la Historia del Arte andaluz “. Ediciones Guadalquivir, Sevilla, 1990. Pág. 151; MENDIOROZ LACAMBRA, Ana: Noticias de arquitectura (1721 – 1740), vol. VI de “ Fuentes ... “. Sevilla, 1993. Págs. 35, 138 y 190; OLLERO LOBATO, Francisco: Noticias de arquitectura (1761 – 1780), vol. XIV de “ Fuentes ... “. Sevilla, 1994. Págs. 430 – 431 y 538; PRIETO GORDILLO, Juan: Noticias de escultura (1761 – 1780), vol. XV de “ Fuentes ... “. Sevilla, 1995. Pág. 63 – 64.

[12] SERRANO ORTEGA, Manuel: Guía de los monumentos históricos y artísticos de los pueblos de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1911. Pág. 81.
[13] HERNANDEZ DIAZ, José – SANCHO CORBACHO, Antonio: Edificios religiosos y objetos de culto saqueados y destruidos por los marxistas en los pueblos de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1937. Págs. 96 – 101.

[14] HERNANDEZ DIAZ, José – SANCHO CORBACHO, Antonio – COLLANTES DE TERAN, Francisco: Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de Sevilla. Vol. II. Sevilla, 1943. Págs. 333 – 350. Resumido en HERNANDEZ DIAZ, José: “ Informes y propuestas sobre monumentos andaluces (I) “, en Boletín de Bellas Artes, XV (1987). Págs. 252 – 254 y 259 – 260, a propósito de los informes emitidos en 1982 para la declaración como monumentos de la iglesia de la Encarnación y la ermita de la Yedra, y como conjunto histórico – artístico del casco urbano de Constantina.

[15] MORALES, Alfredo José – SANZ, María Jesús – VALDIVIESO, Enrique – SERRERA, Juan Miguel: Guía artística de Sevilla y su provincia. Diputación Provincial de Sevilla, 1981. Págs. 571 – 573.

[16] V.V.  A.A.: Inventario artístico de Sevilla y su provincia. Vol. I. Ministerio de Cultura, Madrid, 1982 - 1985. Págs. 134 – 140.

[17] BLANCO CANO, J. A.: Andar por la Sierra Norte de Sevilla. Acción Divulgativa, Madrid, 1992; GILPEREZ FRAILE, L.: Guía turística de los Parques Naturales de Andalucía. Acción Divulgativa, Madrid, 1992; MOLINA, J.: Manual práctico del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla. Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Sevilla, 1998; VALENZUELA, A. - CAMOYAN, A.: La Sierra Norte. Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla, 1991; V.V.  A.A.: Sevilla y Andalucía Occidental. Acento Editorial, 1991; V.V.  A.A.: Sevilla y su provincia. 5 vols. Ediciones Gever, Sevilla, 1983 - 1985.

[18] HERNANDEZ GONZALEZ, Salvador: “ La parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación entre los siglos XVII y XVIII: notas histórico - artísticas “, en Revista de Constantina. Verano 97, s.p.; “ El convento de San Francisco de Constantina. (Notas sobre un monumento desaparecido) “, en Revista de Constantina. Verano 98, s.p.; “ El Hospital de San Juan de Dios de Constantina. Notas para su historia “, en Revista de Constantina. Verano 99, s. p.; “ El antiguo convento de Santa Clara de Constantina “, en Revista de Constantina. Verano 00, s. p.; “ Notas sobre la vida religiosa en Constantina a principios del siglo XVII, a través de un informe del Vicario Antón de Bonilla “, en Revista de Constantina. Verano 01, s.p.; “ Noticias históricas en torno a la antigua iglesia de la Concepción de Constantina “, en Revista de Constantina. Verano 02, s. p.

[19] QUEIRO FILGUEIRA, Ramón: Morfogénesis de los asentamientos urbanos de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1984. (Tesis mecanografiada, Biblioteca de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla).

[20] V.V.  A.A.: Constantina.  Informe diagnóstico del conjunto histórico. Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía – Ayuntamiento de Constantina, Sevilla, 1991. Una síntesis actualizada de este informe puede encontrarse en V.V.  A.A.: Análisis urbanístico de Centros Históricos de Andalucía: ciudades medias y pequeñas. Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, Sevilla, 2001. Págs. 358 – 359.

[21] TEJEDOR CABRERA, A. – LINARES GOMEZ DEL PULGAR, M.: “ Urbanismo y patrimonio arquitectónico de Constantina en los siglos XIX y XX “, en Revista de Constantina. Verano OO, s. p.; “ Proyectos y reformas urbanas de Constantina en los siglos XIX y XX “, en Laboratorio de Arte n º 14 (2001), págs. 65 – 86.

[22] SERRANO VARGAS, Antonio: “ Constantina: evolución histórica del núcleo urbano “, en Aparejadores n º 59 (septiembre de 2000), págs. 13 – 20.

[23] CANTERO, Pedro: Arquitectura del agua: fuentes públicas de la provincia de Sevilla. Diputación Provincial de Sevilla, 1995. Págs. 117 – 118.

[24] COLLANTES DE TERAN, Francisco: “ Los castillos del Reino de Sevilla “, en Archivo Hispalense, XVIII (1953), págs. 153 – 155.

[25] SERRANO DIAZ, Emilio: “ Algunos castillos, alcázares y fortificaciones de la provincia de Sevilla (I) “, en Aparejadores n º 29 (1989), pág. 52.

[26] CASQUETE DE PRADO, Nuria: Los castillos de la Sierra Norte de Sevilla en la Baja Edad Media: aproximación histórica. Diputación Provincial de Sevilla, 1993; MARTINEZ DE AGUIRRE, Javier: “ Notas sobre las empresas artísticas y constructivas del Concejo de Sevilla en la Baja Edad Media (1370 - 1430) “, en Laboratorio de Arte n º 2 (1989), págs. 24 - 31. En la tabla de la página 31 se especifica que en 1385 se hicieron obras en la barbacana y algibes.

[27] V.V.  A.A.: Los castillos a través de la Historia. Jornadas Europeas de Patrimonio Histórico. Junta de Andalucía, Sevilla, 1997. Págs. 219 – 220.

[28] PINEDO CABELLO, José Antonio: “ Algunos datos sobre el castillo de Constantina “, en Revista de Constantina. Verano 99, s. p.; AVILA ALVAREZ, Joaquín: “ El castillo “, en Revista de Constantina. Verano 00, s.p.; MELENDEZ FUERTES, F.: “ Las diversas fortificaciones de Constantina a través de la historia (I y II) “, en Revista de Constantina. Verano 01 y 02, s. p.

[29] ALVARADO, M. D.: “ Los castillos que el Ayuntamiento de Sevilla posee en la provincia, entre el abandono y las tímidas labores de recuperación “, en ABC de Sevilla (5 - III - 1990); CASTRO, M.: “ Castillos del Ayuntamiento de Sevilla “, en El Correo de Andalucía (3 - XII - 1997).

[30] PAVON MALDONADO, Basilio: Tratado de arquitectura hispano – musulmana. II. Ciudades y fortalezas. C.S.I.C., Madrid, 1999. Pág. 208.

[31] CAMON AZNAR, José: La arquitectura plateresca. Madrid, 1945. Vol. I, pág. 173, y La arquitectura y la orfebrería españolas del siglo XVI, vol. XVII de “ Summa Artis “. Espasa – Calpe, Madrid, 1959. Pág. 346; CHUECA GOITIA, Fernando: Arquitectura del siglo XVI, vol. XI de “ Ars Hispaniae “. Madrid, 1953. Pág. 197;    BANDA Y VARGAS, Antonio de la: El arquitecto andaluz Hernán Ruiz II. Universidad de Sevilla, 1974. Págs. 197 – 198, y Hernán Ruiz II. Diputación Provincial de Sevilla, 1974. Pág. 59; SANCHEZ MESA, Domingo: “ El arte andaluz hasta el siglo XIX “, en Historia de Andalucía, vol. IX. Editorial Planeta, Madrid, 1984. Pág. 243; NIETO, Víctor – MORALES, Alfredo José – CHECA, Fernando: Arquitectura del Renacimiento en España (1488 – 1599). Cátedra, Madrid, 1989. Págs. 199 – 200; MORALES, Alfredo José: Hernán Ruiz el Joven. Ediciones Akal, Madrid, 1996. Págs. 64 – 66.

[32] CRUZ ISIDORO, Fernando: Arquitectura sevillana del siglo XVII. Maestros Mayores de la Catedral y del Concejo Hispalense. Universidad de Sevilla, 1997. Pág. 142.

[33] LAZARO MUÑOZ, María del Prado: El arquitecto sevillano Diego Antonio Díaz. Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla, 1988. Pág. 28.

[34] SANCHO CORBACHO, Antonio: Arquitectura barroca sevillana del siglo XVIII. Instituto Diego Velázquez, Madrid, 1952. Pág. 244.

[35] V.V.  A.A.: Guía para visitar los Santuarios Marianos de Andalucía Occidental. Ediciones Encuentro, Madrid, 1992. Págs. 425 – 426.

[36] VINUESA HERRERA, Rosalía: “ Aproximación a los oratorios de la villa de Constantina “, en Revista de Constantina. Verano 02, s. p.

[37] SERRANO VARGAS, Antonio: “ El desaparecido Cabildo de Constantina. De las casas consistoriales y los hospitales “, en Revista de Constantina. Verano 02, s. p.; RINCON GARCIA, Wifredo: Ayuntamientos de España. Espasa – Calpe, Madrid, 1988. Pág. 174; BERNABE SALGUEIRO, Alberto: La arquitectura vernácula diseminada en Constantina (Sevilla). Economía, prestigio social y representaciones ideológicas. Sevilla, 1998.

[38] LOPEZ MARTINEZ, Celestino: El escultor y arquitecto Juan de Oviedo y de la Bandera (1565 – 1625). Sevilla, 1943. Págs. 31 – 32.

[39] HERNANDEZ DIAZ, José: Imaginería hispalense del Bajo Renacimiento. Sevilla, 1951. Págs. 91 – 92; AZCARATE, José María: Escultura del siglo XVI, volumen XIII de “ Ars Hispaniae “. Madrid, 1958. Pág. 338; CAMON AZNAR, José: La escultura y la rejería españolas del siglo XVI, volumen XVIII de “ Summa Artis “. Espasa – Calpe, Madrid, 1967. Pág. 281.

[40] PEREZ ESCOLANO, Víctor: Juan de Oviedo y de la Bandera (1565 – 1625): escultor, arquitecto e ingeniero. Diputación Provincial de Sevilla, 1977. Págs. 24 – 27.

[41] PALOMERO PARAMO, Jesús Miguel: El retablo sevillano del Renacimiento: análisis y evolución (1560 – 1629). Diputación Provincial de Sevilla, 1982. Págs. 351 – 353.

[42] PINEDO CABELLO, José Antonio: “ Juan de Oviedo y el retablo de la parroquia de Constantina “, en Revista de Constantina. Verano 98, s. p.

[43] HERNANDEZ DIAZ, José: “ Iconografía hispalense de la Virgen Madre en la escultura renacentista “, en Archivo Hispalense n º 3 – 4 (1944), pág. 108.

[44] HERNANDEZ DIAZ, José: “ El retablo y la imagen de San José, de la iglesia de Santa María de la Encarnación. Constantina “, en Boletín de Bellas Artes, II (1935), págs. 55 – 57.

[45] DABRIO, María Teresa: “ La impronta estilística de Juan de Mesa en Felipe de Ribas “, en Aphoteca n º 3 (Córdoba, 1983), pág. 44; Felipe de Ribas. Diputación Provincial de Sevilla, 1985. Págs. 59 – 60; Los Ribas: un taller andaluz de escultura del siglo XVII. Córdoba, 1985. Págs. 294 – 296 y 490.

[46] BERNALES BALLESTEROS, Jorge: Francisco Antonio Gijón. Diputación Provincial de Sevilla, 1982. Pág. 105; Pedro Rodán. Diputación Provincial de Sevilla, 1973. Págs. 78 y 93.

[47] ORTIZ GOMEZ, José Luis: “ Las Hermandades primitivas “, en Revista de Constantina. Verano 94, s. p.; “ Madre y Maestra (Fragmentos del Pregón del Cincuentenario) “, en Boletín de la Hermandad de Nuestra Señora de la Amargura, n º 7 (Constantina, febrero de 1999), s. p.

[48] MARTIN AVILA, Enrique: “ Iconografía del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia “, en Boletín de la Hermandad de la Amargura n º 7 (Constantina, febrero de 1999), s. p.

[49] FLORES GARCIA, Francisco José: “ Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz de Jerusalén, María Santísima de la Esperanza, San Juan Evangelista y Señora Santa Ana. Iglesia de Nuestro Padre Jesús. Constantina “,  en Nazarenos de Sevilla, vol. II. Ediciones Tartessos, Sevilla, 1997. Págs. 174 – 181; y “ Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Amor y San José Obrero. Iglesia de Santa María de la Encarnación. Constantina “, en Crucificados de Sevilla, vol. III. Ediciones Tartessos, Sevilla, 1997. Págs. 275 – 279.  

[50] HERNANDEZ GONZALEZ, Salvador: “ Hermandad de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación. Constantina “, “ Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, Nuestra Señora de la Amargura, Santo Entierro y Soledad y Sor Angela de la Cruz. Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación. Constantina “, y “ Hermandad Servita de Nuestra Señora de los Dolores. Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación. Constantina “, en Misterios de Sevilla, vol. III. Ediciones Tartessos, Sevilla, 1999. Págs. 401 – 433.

[51] V.V.  A.A.: Vamos de romería: catálogo de la exposición. Sevilla, 2001. Pág. 26.

[52] HERNANDEZ – DIAZ TAPIA, María Concepción: Los Monasterios de Jerónimas en Andalucía. Universidad de Sevilla, 1976. Págs. 109 – 115. Al mismo cenobio hace referencia, pero desde el punto de vista de la antropología cultural (con especial atención a la repostería conventual y las labores de la comunidad), Elodia HERNANDEZ LEON: Guía de conventos. Clausuras en la provincia de Sevilla. Diputación Provincial de Sevilla, 1996. Págs. 53 – 58.


[53] ESTERAS MARTIN, Cristina: “ Orfebrería americana en Andalucía “, en Los andaluces y América. Gran Enciclopedia de España y América. Espasa – Calpe, Madrid, 1991. Pág. 182.

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