"Aportaciones documentales para la historia de la Hermandad de Santa Ana:
dos escrituras de mediados del siglo XVI"
por
Salvador Hernández González
en
Boletín Informativo del
Consejo de Hermandades
y Cofradías de Dos Hermanas n º 66 (agosto de 2003),
págs. 21.
Los años centrales del siglo
XVI van a suponer para la Hermandad de Santa Ana la plena consolidación de su
vida corporativa, marcada como es sabido por la aprobación de Reglas en 1555,
al tiempo que el culto a la Patrona de Dos Hermanas comienza a dejar huella
documental a través de las mandas pías contenidas en los testamentos de la
época, aspecto al que nos hemos referido en otro trabajo recogido en el número
anterior de este mismo Boletín.
La segunda [2],
protocolizada ante el mismo escribano el 19 de marzo de 1559, es otra escritura
en la que Alonso de Santiago y Juan López Ponce, alcaldes; Alonso Martín García,
prioste; Mateo y Diego Sánchez, diputados; y el cofrade Francisco Pérez, en
nombre de los restantes miembros de la cofradía de Santa Ana, autorizan al
citado prioste para que pueda cobrar de Hernando de Ayala, Caballero
Veinticuatro de Sevilla, la deuda contraída con el difunto bachiller Juan de
Poza Medina, vecino de la capital hispalense y benefactor del templo de la
Patrona de Dos Hermanas. Aunque el deterioro del documento impide establecer
todos los pormenores de esta donación, parece desprenderse del contexto de la
lectura que el bachiller, en virtud de cláusula de su testamento otorgado en
Sevilla el 6 de septiembre de 1557 ante el escribano público Francisco Román,
había donado a la ermita de Santa Ana cierta cantidad de dinero para que se invirtiesen
en la compra de una casulla, un frontal de altar, un cielo o dosel, un cáliz de
latón, unos corporales, ampolleta, un ara, una lámpara y “ todo lo demás que menester (fuese) para que un clérigo pueda decir
misa “, bajo la condición de que los cofrades hiciesen decir misas por las
almas del bienhechor y sus difuntos. En compensación de estas obligaciones, se
había de abonar a los hermanos dos ducados, “
por razón del cargo y cuidado que en lo susodicho han de tener y cera que han
de gastar “. Para llevar a efecto estas disposiciones de última voluntad,
el prioste debería cobrar de Hernando de Ayala la cantidad de 60 ducados, cifra
al parecer resto de la cantidad legada al templo nazareno para la adquisición
de los enunciados ornamentos sagrados, destinando el sobrante, si lo hubiese,
al abono de misas en sufragio por el generoso donante.
En definitiva, un curioso
aporte que nos ilustra sobre el progresivo incremento del culto a la Patrona de
Dos Hermanas y el enriquecimiento de su patrimonio artístico y devocional desde
tan remotas fechas, lo que no hace sino confirmar su largo asentamiento en el
mundo de la religiosidad popular nazarena.
*
Publicado en Boletín Informativo del
Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas n º 66 (agosto de 2003),
págs. 21.
[1]
ARCHIVO HISTORICO PROVINCIAL DE SEVILLA, sección Protocolos Notariales, legajo
762 PB, Cuaderno de 1558, folio 179 recto y vuelto.
[2] Idem,
Cuaderno de 1559, folios 120 vuelto – 121 vuelto.
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